viernes

Locación: Quinque


En el río. con harta ropa, fumando abajo de los sauces en la sombra y el río va con fuerza. 
De una de las ramas se atascó una gran bolsa(pesada y fea) de plástico grueso. 
Te sacas la ropa, arriba de la ropa, el pito. te metes al agua fría, con cuidado por las ramas de la orilla y desenredas y sacas el plástico. 
Vuelves a la orilla dejando la bolsa a tu lado, lista para llevar a alguna basura lejos de ahí. 
Te empiezas a vestir te sacudes el pelo... 


Tu serenidad es absoluta. 


Hasta que te das cuenta que hay alguien bajo el agua mirándote...
Te da pánico!
ves que se acerca!
Tomas la bolsa el plástico, tomas tu basura y sales corriendo cuesta arriba, con tremendo bulto encima. corriendo, corriendo, cansada, desesperada(me acuerdo de molestos sueños que me joden de noche, esos en que hay que correr y tus piernas se trancan) 
Aquí logras llegar a algún sitio(ya lejos). 
un lugar dónde descansas y te sientes segura(a salvo). 
El sol calienta y te das cuenta de que estás sola,
y que allá abajo, esa persona podría acompañarte. 
Te das cuenta y sueltas tu estúpida basura y corres,
esta vez no con miedo de que te hagan daño, 
no escapando de nada!
sino que por miedo a seguir sola. 
corres 
corres 
llegas 
miras
buscas 


ya no hay nadie.


.

1 Comentarios:

Anonymous Pelao dijo...

La serenidad total se quebró con el pánico. El pánico terminó junto a la bolsa desecha, cuando la certeza de que la mirada inhóspita podría ser promesa de compañía nace. Corre tras el inseguro atisbo de amor, pero ya nadie hay. Se cruzan los caminos tantas veces, suenan las bocinas y el tren separa desconocidos que no esperan encontrarse en los ojos de la otra persona. Así, se deambula por la ciudad. Así, desnudos bajo el ardiente sol, sospechamos el acecho... quizás, no hay tal acecho y sólo intento de cercanía. Tanta fuerza en las palabras... el torrente del río que lleva la piel como parte de su caudal.

6/28/2010 11:32 p. m.  

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